En un acto de respeto a las festividades de la cosmovisión andina, autoridades del barrio “San Juan de Tierra Blanca”, encabezadas por el presidente Manuel Salazar, entregaron los símbolos de la fiesta al Alcalde, a la reina del Cantón y al jefe Político del Cantón, representados en el bastón de mando, el portaestandarte y la cruz de madera, tradición que lleva 14 años consecutivos, iniciando así las danzas al ritmo del taz taz taz, en agradecimiento a las cosechas recibidas, a la Pacha Mama y al Rey Sol.
Cada año a año la festividad reúne a familias enteras, que zapatean, silban y bailan, renovando la esencia de la existencia misma, de la cual los mestizos también son parte, fruto de la mezcla ancestral: mitad indígenas, mitad blancos, considerando además que los danzantes se toman las plazas, como símbolo de lucha que otrora, los aborígenes realizaban contra quienes los despojaron de su territorio ancestral; valores que desde la administración municipal se quiere difundir y transmitir a los niños y niñas que asisten a estos centros de educación integral.
De esta manera, el alcalde de Antonio Ante, Rolando López, quien recibió a su paso, muestras de gratitud y cariño, las mismas que fueron recibidas con alegría, expresó que durante siglos, esta fiesta se reinventa para rendir culto a las deidades andinas, agradecer por las cosechas obtenidas y exaltar la fecundidad de la madre tierra-, por lo que deben fortalecerse, a fin de mejorar la economía de estas comunidades, trabajar en proyectos paralelos inclusivos de turismo, cultura, gastronomía que promuevan la interculturalidad.
En este sentido, la Autoridad indicó que el aporte de 15 mil dólares entregado al Pueblo Kichwa Otavalo “Jatuntaqui”, coadyuva en el fortalecimiento de la cosmovisión andina ancestral de los pueblos y comunidades indígenas del Cantón, buscando convertirse en nichos de mercado atrayendo la economía y el turismo, construyendo juntos una tierra de emprendedores.
También se entregaron medianos, castillos y canastas de frutas, a las autoridades del cabildo y entidades invitadas como muestra de hermandad y generosidad, que de acuerdo a la tradición, para el próximo año serán devueltos en abundancia, constituyéndose en parte de las pambamesas, que son compartidas entre los danzantes, invitados y público.